Hace tiempo que sabemos que el consumo de vino catalán en Cataluña no es lo más mayoritario y tan sólo estamos alrededor de un 30% – 35% a pesar de que en un reportaje de la Vanguardia del domingo 15-01-2011 decía que ya llegábamos al 40%.
Como gran zona productora de vino que somos, sería lógico que estuviera en unos porcentajes que superaran ampliamente el 50% y que se acercaran al 80-90%, como es habitual a las grandes zonas productoras mundiales.
Cuando vamos por el mundo observamos que si estamos en la Toscana interior el 100% de los vinos a las cartas de los restaurantes son de la región, si nos acercamos en Florencia encontraremos algo más de variación, quizás sólo un 10% de vinos foráneos. El mismo pasa si nos trasladamos a Burdeos, Borgonya, El valle del Loira , Logroño o Jerez, pero no es así en Cataluña.
Observando diferentes lugares de las comarcas de Cataluña se puede constatar que hay un cambio sobre todo en aquellos establecimientos de más categoría. Por ejemplo al restaurante Bueno-Tic de Corçà, en el Baix Empordà, tienen una carta casi perfecta de vinos de Cataluña, sólo añadiría alguna referencia del Plan de Bages, y Cuenca de Barberá, zonas de las cuales no había ningún vino. En Tossa de Mar al restaurante La Cocina de Can Simon tienen una espléndida carta digital muy conseguida. En Banyoles a Can el arpa también disponen de una carta con mucha presencia de los vinos de Cataluña. En Solsona encontramos el Hotel Santo Roc que fue medalla de plata del concurso “Cartavi” de la Asociación Vinícola Catalana y también a la misma población encontramos establecimientos como es debido Cabanes o La Gatera, donde la presencia de vinos catalanes es mayoritaria. En cambio si nos acercamos a la Vinícola 1964 una bodega de venta de vino al mismo centro histórico de Solsona los vinos mayoritarios no son del Plan de Bages (la comarca vitícola vecina) con sólo dos referencias; todas las otras de fuera de Cataluña. El mismo me encontré cuando en Cantonigròs entré a Can Colom que tienen muchos bonos embutidos que te ofrecen sólo de poner un pie a la tienda, pero si te giras a mirar los vinos embotellados sólo encontré una referencia de un vino del Plan de Bages junto con un mar de Riojas. No es tan extraño pues que en Barcelona, a Sagardi de Aragón/Muntaner sólo me ofrecieran riojas para combinar con las tapas. Al final opté por una Estrella que es de aquí.
Continuando por estas rutas insólitas, una buena sorpresa estuvo en el Hotel Urbisol de Calders (Bages) que disponían de un amplio surtido de vinos del Bages, como también a Sala (Bages). En Manresa hay una clásica bodega de vinos, La Tomasa que a pesar de conservar un aspecto clásico de bodega tiene TODOS los vinos del Bages y muchas referencias de vinos otras Dos Catalanas. Si nos vamos hacia Pallars Sobirà, a Àreu el Hotel Vallferrera tiene un buen surtido de vinos de Costers del Segre pero fallaban las otras Dos Catalanas.
Este recorrido errático por diferentes lugares de Cataluña no pretende hacer una estadística, sino una observación de casos puntuales, que parece que nos marcan una tendencia que en los restaurantes y hoteles de categoría ya se trabaja muy bien pero en lugares donde no creen que el cliente potencial que llegue entenderá de vino dejan mucho que desear. Desgraciadamente muchos de estos lugares son locales que tienen mucha afluencia de gente y por lo tanto su volumen de ventas es elevado. Por lo tanto es en estos lugares donde tenemos que ir a “ picar piedra” para que cambien el chip. Al mismo tiempo pediría a algunos de estos locales en que el vino catalán es mayoritario, que fueran osados (aquí, porque en Toscana, Burdeos… es habitual) y tuvieran sólo vino catalán.